ESTRENO DE ‘HEDDA GABLER’ EN MADRID

Nausicaa Bonnín: “No sabemos habitar el vacío y esto es algo muy importante. Hay que saber aburrirse y estar contigo misma”

Àlex Rigola presenta en el Teatro Vallé-Inclán su nueva propuesta en una caja de madera, con 5 actores y 80 espectadores

Amanda H C

Nausicaa Bonnín

Nausicaa Bonnín interpreta al personaje central de ‘Hedda Gabler’, adaptación libre de la obra de Henrik Ibsen

“¿Tú crees que no podría rehacerla? ¿Que una obra semejante no puede escribirse dos veces?”, pregunta Hedda en la escena II del tercero acto. La respuesta de Àlex Rigola, dramaturgo y director de Hedda Gabler, parece haber configurado un espectáculo “pensado para invitaros a disfrutar […] de ese momento mágico donde intérpretes y personajes se funden y pasan a ser un mismo ente”, según sus propias palabras. Un objetivo que conjuga a la perfección con una de las inquietudes de esta protagonista, ya que, como este personaje dice: «hubo peligro inminente de que nuestra intimidad se hiciese demasiado real».

Hace justo 6 años, Rigola comenzaba este experimento. Aquella vez lo hizo con Chéjov y su Vania, en lo que etiquetó como una versión libre. Se trataba de un proyecto para 4 actores y 60 espectadores en la búsqueda de la esencia del autor y médico ruso, dentro de una caja, la misma que ahora acogerá a 80 personas. A esta nueva propuesta, una adaptación del clásico de Henrik Ibsen, se podrá entrar del 22 de noviembre al 30 de diciembre en el Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional.

Tras su estreno en Barcelona y haber pasado ya por Sevilla, esta producción de Heartbreak Hotel llega a la capital y, para conocerla más de cerca, TeatroMadrid ha charlado con la actriz que encarna a su protagonista, Nausicaa Bonnín.

¿Cómo fue ese encuentro con Àlex Rigola, cómo llegas a esta obra?

Cuando Àlex tuvo este proyecto entre manos me propuso entrar. Yo había visto algunos de sus espectáculos, de este teatro más esencial, y me uní al proyecto porque tenía muchas ganas de probar y de esa nueva manera de hacer y de llegar a la esencia del espectáculo.

Y, ¿cómo comenzó todo?

Àlex no nos pasó el texto porque quería que este primer encuentro o esa primera lectura fuera igual para todos. Sobre todo, quería que no fuéramos con ideas previas ni habiendo decidido cosas. Y todo el proceso de ensayos fue así; nunca nos aprendimos el texto, sino que, al irlo haciendo y repitiendo, se iba conformando. Él comienza los ensayos diciendo: “lee la frase, mira a los ojos de tu compañero, conecta y dila”. Y, a partir de ir encontrando cosas ahí, no desde lo prejuzgado sino desde lo que está pasando en ese absoluto presente, fuimos construyendo esta función. Era una manera nueva, distinta, que nos ha llevado a otros sitios.

Imagen de 'Hedda Gabler' de Àlex Rigola

La obra se podrá ver en el Teatro Valle-Inclán del 22 de noviembre al 30 de diciembre

¿En qué lugar crees que me coloca como espectadora una apuesta como esta?

En el teatro, el espectador siempre es otro personaje, pero en este caso, aún más. Estamos todos juntos con 70 espectadores, sin cambios de luz, explicando el espectáculo a público y, por ello, hay mucha comunicación. El público es un personaje básico. Y creo que, como espectadora, te puedes sentir partícipe de eso y de todas las preguntas que abrimos. Te lleva a reflexionar, pero desde un lugar muy presente. No es algo que te cuentan en la oscuridad y tú te llevas a casa, sino que, en este presente, todos estamos cuestionando qué estamos haciendo aquí.

¿Con qué conectas tú con esta obra?

Àlex ha querido hablar no desde esta Hedda Gabler clásica, de la mujer mala, ambiciosa, que solo quiere el dinero, sino desde intentar entender, preguntándose dónde actúa ella. Al final, estamos hablando de toxicidad, de amor, de pasión, de ambición en la vida, de qué queremos, de cómo amamos. Creo que esto es algo con lo que todo el mundo conectamos. A mí me ha pasado que he querido entender a este personaje más allá de la maldad, desde de su humanidad.

Leo que esta es una puesta en escena totalmente desnuda. ¿Por qué?

No hay escenografía, ni vestuario, ni luces… Esto entendido en el sentido de que la escenografía es una caja de madera en la que el público entra y nosotros ya estamos y no cambia, de que venimos vestidos de casa y de que el diseño de iluminación tampoco varía. Significa que es cruda porque no hay nada que lo decore, son unos actores explicando algo con todo lo que ocurre ahí, en ese momento.

¿Cómo vives cada función desde un espacio tan pequeño y tan cercano con el público?

Es una función muy permeable porque todo lo que pase en ese momento entra en juego, desde cómo estás tú, cómo vas vestida hasta cómo la recibe el público. La estructura es la que es, estamos contando unos conflictos y el viaje es el mismo cada noche, la historia es la misma. Pero es cierto que, en esta obra, se nos permite fluir más en una incertidumbre.

Imagen de 'Hedda Gabler' de Àlex Rigola

La pieza de Àlex Rigola sucede en una caja escénica de 9 x 7 metros

He preparado un pequeño cuestionario a partir de frases literales que dice tu personaje:

“Me he aburrido soberanamente”. ¿Tienes tiempo para aburrirte tú en tu vida, en este momento en el que, por lo menos yo, siento que todo va muy rápido y nos intentan vender la idea de que aburrirse es fracasar?

Es uno de mis grandes temas y en terapia lo hablo mucho. Me pasa que, en los momentos de aburrimiento o bueno, más de no productividad, sientes que no estás haciendo nada. Esto me genera una cierta inseguridad y me lleva a pensar que no estoy aportando nada a este mundo. Vivimos muy rápido y tan rodeados de impulsos, que acabas teniendo la sensación de que no sabemos habitar el vacío y esto es algo muy importante. Hay que saber aburrirse, estar contigo misma y pensar. Porque es donde crecemos como personas. Me pasa. Aunque es verdad que no tengo mucho tiempo de aburrirme, con mi hija y mi trabajo, pero es algo en lo que me gusta pensar y trabajarlo.

“Estoy como estaba … Igual absolutamente”. ¿En qué momento profesional te encuentras ahora haciendo esta obra?

Estoy en un momento muy tranquilo, no estoy rebosante de curro, pero voy teniendo cosas que me gustan mucho y que disfruto. Con Hedda, he tenido un impás. Veníamos de una pandemia, de un momento en el que nuestro trabajo ha sido muy difícil de hacer y conseguir. Vengo también de una maternidad, entonces ha sido un momento de volver a conectar con mi yo actriz, con un proyecto con el que he disfrutado, he aprendido cosas nuevas y que, además, está viajando. Y está siendo muy gustoso.

“¿No has calculado lo que se dirá de ti?” ¿Sueles leer mucho lo que publican sobre tu trabajo?

Depende de la función. Hay funciones donde me lo puedo permitir más y otras no, en las que supongo estoy más permeable o insegura. Me afectan las cosas porque, al final, estamos trabajando para la opinión pública, para gente que queremos que entre.

“¡Hay que estar al corriente de todo!”. ¿Eres teatrera, vas con frecuencia al teatro?

Me gusta mucho y hay épocas en las que voy más y otras en las que menos. Depende. Siento que no hay que ser la más entendida sino ir a ver cosas con las que realmente conectes. No es tanto la cantidad como la calidad. Ahora, elijo más lo que voy a ver y lo miro con más amor, siendo más amable conmigo y con los demás.

“En esta casa, me parece que todo huele a colada o a compota casera”. ¿A qué huele esta pieza?

A carne cruda.

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Me siento más a gusto en el teatro que en mi casa.

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