Esta compañía nace con el espíritu de investigación de nuevas formas de narración escénica pero también con el deseo de confrontar al público con los valores de nuestra sociedad
contemporánea, con los valor del ser humano y, por tanto, con los valores de uno mismo.
Cuando nos preguntamos por qué vamos al teatro o por qué hacemos teatro, la respuesta siempre acaba siendo la misma: para conocer mejor el ser humano, deseo directamente ligado al conocimiento de nosotros mismos. Es de suponer (imposible certificar) que esta voluntad se debe a un deseo de mejorar como personas, de mejorar como grupo. El hecho de tener que confrontarnos con nosotros mismos nos puede llevar a un crecimiento personal, en busca de un bien común que
sólo puede beneficiar a la sociedad. Este enfrentamiento siempre es difícil y acaba produciendo cambios de respiración, risas, lágrimas… señal inequívoca de que algo está sucediendo.
Estos valores, sumados a una voluntad de confrontar las artes escénicas con la literatura, artes plásticas, el documental, la filosofía y los problemas sociales, conjuntamente con una
preocupación enfermiza por encontrar una cierta verdad escénica interpretativa (que no real), han llevado a crear la compañía Heartbreak Hotel y la productora Titus Andrònic S.L.