Esta obra está teñida de nostalgia, esa sensación que tenemos cuando en vez de mirar al futuro nos regodeamos en el pasado. Es fácil saber que dirigir la vista hacia delante es la opción más inteligente. Sin embargo, hay veces que de forma racional no es posible evitar ese zarandeo y nos vemos inmersos en lo que fue y ya no es. Israel Elejalde ha sabido tocar el corazoncito de nuestros yoes pasados ubicando en el centro de la escena una pantalla a modo de pase de diapositivas. En aquellos días en los que la familia se reunía en torno a una tela que mostraba los días disfrutados pero que también podría ser el pasar las hojas de un álbum […]