La casa de Bernarda Alba es uno de los textos más bellos del teatro español, y a la vez uno de los más difíciles de extrapolar o descontextualizar. Aún así, con los años ha sido objeto de experimentos diversos, y el de Carlota Ferrer no deja de ser uno ellos. Con respeto, pero con libertad absoluta, Ferrer y José Manuel Mora tejen un texto en el que caben partes del drama lorquiano, pero también partes propias e incluso algunos versos de Poeta en Nueva York. Ahora bien, el texto no es más que una base para que las imágenes -algo tan básico, tan elocuente y a veces tan poco explotado en los montajes de Lorca– cobren vida, ya sea a través de la performance o a través […]