Ron Lalá: Crimen y Telón

La compañía de teatro, humor y música Ron Lalá presenta su nuevo espectáculo Crimen y telón llevando su lenguaje escénico a un nuevo desafío. Por un lado, es una parodia de la precaria situación actual de las artes y la cultura en nuestro país (y en el mundo). Por otro, un homenaje al teatro (y otras artes escénicas) en sus diversas épocas, naciones y estilos, a través de las diversas escenas que, a modo de puzzle, van configurando el gran enigma.

El teatro ha muerto y el detective Noir tiene que descubrir al asesino antes de que la Agencia Anti Arte desvele su oscuro secreto. Todo ello envuelto en el aroma del género negro más crepuscular y poético, con referencias a la literatura universal y el gran cine del género. Un thriller con música en directo, a contrarreloj y a tiempo real que convierte a los espectadores en testigos y sospechosos del mayor magnicidio de la historia de las tablas: ¿quién mató al teatro?

Los textos de composición original nacidos del ingenioso talento de Álvaro Tato se entremezclan con la oscura poética de las referencias a todos los grandes estilos teatrales. Banda sonora original con diversidad de instrumentos que recrean las atmósferas de cada escena, desde el jazz hasta la música barroca. El estilo ronlalero funde la disciplina musical y dramatúrgica en un discurso unitario que recorre sonora y literariamente la historia del teatro occidental.

Un montaje escénico al más puro estilo ronlalero: acción, carcajadas, música, y poesía, poniendo en marcha la imaginación del espectador en cada escena. Un tour de force de disciplinas interconectadas para contar una historia compleja (pero no complicada), sencilla (pero no simple) y eterna (aunque mortal): la del teatro.

La base lumínica del espectáculo es el blanco y negro, combinada con una paleta de grises en el claroscuro y estallido de colores en los flashbacks teatrales. Todo ello para la recreación de un espacio claustrofóbico, milimetrado, recortado por diversos módulos y volúmenes que transforman cada cuadro en una viñeta de cómic, cada escena en la sección justa y acotada de una historia opresiva. Todos los elementos del teatro que convierten la función en una clase sobre arte escénico en directo. El vestuario responde a una fusión retrofuturista entre la estética del género noir clásico a la evocación de la ciencia ficción inteligente, con gotas de steampunk y una fiesta de estilos clasicistas en las escenas de flashback.

Crimen y telón es un brillante crimen escénico convertido en una oda al teatro universal en clave de género negro. Humor, música y teatro al más puro estilo Ron Lalá. Inteligencia, frescura y talento en estado de gracia. Una pieza escénica contemporánea con un amor y enseñanza por la historia del teatro universal que el virtuosismo ronlalero convierte en Clásico Contemporáneo.

¡Larga vida a Ron Lalá; gracias a ellos el teatro nunca morirá!

Fieles a su estilo, a su buen hacer y a su teatro de calidad, Ron Lalá nos brinda la oportunidad de disfrutar de su nueva creación, ésta con un punto más de culto al teatro que las anteriores, entrelazado entre los toques más populares, para crear un espectáculo con el que divertirse a la vez que se disfruta del buen teatro, de la música y del punto ácido característico de la compañía.

"Señores espectadores: quedan detenidos". La aventura distópica de Ron Lalá nos lleva al año 2037, momento en el que las máquinas y la tecnología lo dominan todo y las artes han quedado totalmente prohibidas. La Agencia Anti Arte (AAA) es la encargada de perseguir y acabar con quienes, en la clandestinidad, cultivan cualquier tipo de arte, y en estas aparece el cadáver del Teatro, que aparentemente se ha suicidado... Algo que no le queda nada claro al detective Noir, ex adicto a la poesía reinsertado, quien intentará resolver el crimen a través de las pistas que va encontrando, que le llevan a diferentes flashbacks recorriendo las diversas etapas de la historia del Teatro.

Con este argumento, es fácil entender que la obra es una gozada para los amantes del arte en general y del teatro en particular. Si a esto le sumamos la calidad y aptitudes de la compañía, el resultado es para disfrutar de lo lindo.

Un espectáculo ameno, divertido, donde los cinco actorazos se mueven por los diferentes personajes con soltura y con una dicción impecable, -mención especial al personaje del Teatro y su trabajo de cuerpo-; mezclando con maestría textos propios del Siglo de Oro con la narrativa de una historia de suspense y crimen; a la que se añade una componente musical de altísima calidad, con banda en directo (formada por ellos mismos); juegos de luces y sombras, y un decorado que te transporta al centro de una novela negra. Punto positivo también para los momentos reivindicativos de la obra, que a los que ya estamos acostumbrados las que de alguna manera nos encontramos dentro del mundo del teatro, destaco el momento feminista, gracias chicos por ese punto tan necesario.

El teatro, gracias a compañías como Ron Lalá, no está muerto, no, ¡está muy vivo!

La compañía Ron Lalá demuestra el poder que tiene y ha tenido el teatro desde que nació de la mano de la poesía. Con la personificación del arte que Aristóteles defendió a la “Poética”, Ron Lalá nos ofrece un recorrido por la historia del teatro con una clase magistral de metateatro, en el que se conoce como un teatricidio.

Con los pilares característicos de la compañía: ell humor y la música en directo, el escenario acoge un encuentro de todos los factores que pueden configurar el teatro en estado puro: el texto, la luz, los personajes, el sonido, los malvados y los protagonistas. La trama sencilla de “buenos y malos” queda eclipsada por un trasfondo fenomenal. La gran puesta en escena y el juego de sombras y luces ayudan a perfeccionar este repaso exhaustivo del teatro como arte: desde las partes del escenario, pasando por las figuras más importantes pero escondidas en la sombra, como los regidores y los técnicos, acabando con los autores más relevantes que son parte de la historia del teatro.

La compañía aprovecha la ocasión para hacer una crítica, teñida de comedia y sátira, de la situación actual del teatro dentro del panorama cultural español y proporciona al público la oportunidad de formar parte del espectáculo dejándolo reír, gritar y aplaudir, y es que como dijo Aristóteles: “no existiría el teatro sin el público”. 'Crimen y telón' no te deja indiferente y abandonas la butaca con la agradable incertidumbre de saber si lo que has vivido ha sido realidad o ficción, hasta que la posibilidad de comprar el texto de la representación te abre los párpados y te hace despertar de la ficción vivida.

De padres desconocidos, amante de la poesía, y enemigo del poder, el Teatro ha sido asesinado. Premisa prometedora, algo de repaso a la historia del arte, muy buenos recursos musicales e interpretativos pero algo reiterativa.

Ron Lalá, como siempre con humor y música, repasan (mucho menos de lo que yo esperaba) la biografía del teatro (con interesantes flashbacks), su estructura, autores, profesiones a él vinculadas... en el marco de la investigación detectivesca en un futuro distópico donde se han prohibido las referencias, difusión, lectura… de las artes.

Con este argumento a modo de homenaje al teatro y reflexiones apuntadas sobre su futuro, los aficionados a las artes escénicas estamos de enhorabuena. Sin embargo, y creo que soy el único, me ha parecido que el ritmo presentaba demasiados altibajos y, en sentido contrario, el repaso al teatro no acababa de atraparme pese a la calidad interpretativa y musical de los intérpretes.

Lo mejor: parece un aspecto menor, pero por poco frecuente, es de destacar: la excelente dicción y proyección de la voz. Un lujo.

Puesta en escena muy visual, de cómic de detectives, de luces y sombras, y apelando continuamente a la capacidad del espectador de ver más allá y reflexionar sobre quiénes y porqué querrían silenciar el teatro, o hacia dónde va las artes escénicas en un futuro hipertecnificado.