Ilusiones

La vida es relato porque el ser humano lucha por permanecer más allá de su existencia mortal a través de la oralidad del vivir. Miguel del Arco firma una adaptación y versión dramática del texto de Ivan Viripaev. Ilusiones es la historia de dos matrimonios. Marta Etura, Daniel Grao, Verónica Ronda y Alejandro Jato nos presentan las vidas de Sandra, Dani, Margarita y Alberto. Detrás de este sencillo, en apariencia, planteamiento subyace una idea dramatúrgica pura de todo el hecho escénico.

La dotación de una estructura interna dramática a un texto de naturaleza narrativa es el primer acierto conducente a la construcción corpórea completa de cuatro personajes que existen, interpelan y participan de todo el suceso teatral de forma cómplice con el público que los contempla. Esta ingeniosa corporeidad transformada en solvencia interpretativa hace del montaje una delicia.

Son cuatro actores, pero múltiples voces que ahondan en el matiz, en la belleza sutil, única, que compone la complejidad humana volcada en el sentimiento más profundo de todos: el amor. Son cuatro historias, fragmentadas, que experimentan los cuestionamientos humanos universales. La música y el espacio sonoro generan una atmósfera que acompaña al ritmo, en el que la pausa es también tiempo, y le aporta la significación cíclica de la vida junto con el juego de luces escénicas.

«¿Debe haber alguna clase de permanencia en este inmenso y cambiante cosmos?» Teatralmente sí: la maestría de Miguel del Arco de convertir una compleja obra narrativa en un brillante y fascinante montaje escénico.

 

En base al texto de Ivan Viripaev, adaptado y dirigido por Miguel del Arco, se nos presenta una ilusión (o mejor: cuatro).

Marta Etura, Daniel Grao, Alejandro Jato y Verónica Ronda, en tercera persona, cuentan la historia de dos matrimonios. Cuatro personas que, individualmente, narran su historia. La realidad es fantasía y los hechos son relato(s).

A través de una coreografía fantásticamente articulada de Manuela Barrero, del Arco genera una plasticidad arrolladora. Eduardo Moreno plantea una escenografía que se acerca más a la decadencia que al amor; viejos muebles, butacas raídas por el paso del tiempo y las líneas de la vida que, enrevesadas, son como árboles; pero realmente son raíces.

No hay una manera de contar las cosas sino cientas formas inciertas. La certeza es que, en el momento señalado, las acciones tienen sus consecuencias.

De la comedia al musical, y de ahí hacia el auténtico terror, la iluminación articulada por Juanjo Llorens es un elemento imprescindible en la conformación del conjunto de la obra de Viripaev. Una vez más, Jordi Buxó y Aitor Tejada producen un espectáculo fantástico.

Dani y Sandra. Alberto y Margarita. Dos matrimonios. Cuatro relatos que nos muestran que la vida está integrada por pequeños placeres, diminutos y etéreos instantes de felicidad y amor a través de los que se aprende a morir.

Una obra mágica, marcada de principio a fin por el sentido del ritmo teatral que solo Miguel del Arco consigue, una y otra vez.

Una ilusión tiene mayor peso que varias ilusiones. El plural minimiza y devalúa. Nuestros cuatro personajes, emparejados, devalúan su historia común troceándola en relatos individuales. La idea de viaje y ficción tiñe todo, ahogando la belleza del amor idealizadamente perfecto. Se juega con la realidad; se transita por los espacios intermedios desde posiciones incompatibles. Los cuatro puntos de vista enriquecen y entorpecen el relato lineal de hechos incontestables. Nada es, una vez más, lo que parece y los pilares más sólidos tiemblan ante el maremoto de la verdad soñada, temida, deseada o presenciada, aunque ésta sea cuestionable y cuestionada por su propia naturaleza fragmentaria.

Ivan Viripaev es un autor ruso residente en Polonia, razonablemente joven, inscrito en el Nuevo Drama, desde el cual logra distanciarse del peso ideológico y social del teatro de su país natal para abordar los conflictos universales del hombre contemporáneo sin acentos locales. El tono existencialista de las preguntas permanentes está aquí, en un aparente retroceso a fuentes ya superadas en el drama de Europa occidental. Son más nuevos el lenguaje y la aproximación a la trama argumental: con espíritu clásicamente circular se van cincelando, a golpe de revés, los personajes y sus nada lineales relaciones. Desorientados ante las grandes cuestiones vitales, dan saltos en el tiempo e introducen al espectador en su intimidad con la insolencia y la naturalidad vergonzante de un voyeur. En ataques de solemnidad pueden llegar (pecado del autor) a sobreedulcorar la intensidad de su narración con matices melodramáticos, todo ello salvado por los actores. En el subtexto se adivinan y confirman realidades alternativas, generadoras del otro texto, que desencadenan finales y conclusiones.

Miguel del Arco, gubia dramática en ristre, talla un argumento áspero y lo convierte en algo tan suave al tacto, tan fluido ... Continuar leyendo en  TRAGYCOM

El proyecto Kamikaze suma otro acierto a su prolífica programación. Miguel del Arco dirige a Marta Etura, Verónica Ronda, Daniel Grao y Alejandro Jato. Y elige un texto asombroso. Cuatro seres intentan recomponer, a brochazos, intercambiando personajes, personalidades y puntos de vista, la historia de dos matrimonios. Dos matrimonios, cuatro personajes y muchos amores intercambiados. Esa es la historia. Bueno, no, eso es lo que nos cuentan. Porque existe lo que se nombra. Lo que recordamos existe. Lo que no nombramos, lo que no ponemos en palabras, lo que no recordamos no existe. Y estas historias y estos personajes existen porque los nombran. Son verdades a medias, contadas entre todos, matizadas por los cuatro o quizá creadas e inventadas entre los cuatro.

Miguel del Arco firma uno de sus mejores trabajos. Los cuatro intérpretes brillan en una escenografía brillante, con un vestuario, una música, un espacio sonoro, y en medio de unas luces PER-FEC-TAS.

Simplemente te digo que NO te lo pierdas. Siéntate, relájate, déjate hacer y no te pierdas ni una palabra de lo que te cuentan. Y ve sumando. Hasta que tu cuerpo recomponga la historia como necesite hacerlo.

 

Si pinchas AQUÍ podrás leer un comentario mucho más extenso en mi blog, DESDEELPATIO.