Las bingueras de Eurípides

Solo puedo decir: ¡qué maravilla de montaje!

Soy fan de Dionisia, (el dios del vino, la diversión y el teatro) que llega a escena vestido de mujer para liderar un grupo de señoras que encuentran la forma de desahogar sus penas en un bingo ilegal. Ana López Segovia —que también es la dramaturga de la obra— está fantástica en este personaje, pero también lo están todos sus compañeros: Alejandra López, Teresa Quintero, Rocío Segovia, José Troncoso —que además dirige la pieza con mucho acierto— y el «poli malo» Fernando Cueto. El elenco comienza la función con la energía al 100% y la termina al 200%, con un ritmo impecable y una escucha y compenetración entre ellos maravillosa, con el poder de captar la atención del público los 90 minutos que dura la función y hacer que salgan del teatro con una sonrisa de oreja a oreja.

El texto, creado a partir de Las bacantes, obra de Eurípides, es una genialidad; es impresionante la capacidad que tiene esta compañía de contarte una tragedia de una forma tan cómica y divertida, poniendo esta vez el foco en las mujeres y en las consecuencias que tiene la represión en el ser humano.

Esta es de esas obras de la temporada que no puedes perderte.

 

Las niñas de Cádiz son inconfundibles. Beben de la chirigota gaditana para, como en un carnaval,  hablar de la realidad sin mordazas; para huir del horror cotidiano con una carcajada, par reirse de su puñetera suerte, de la vida, de los hombres, del amor, de la muerte o de la autoridad....  en verso y a mandíbula batiente, cantado, bailando, dominando el gesto, la composición de sus personajes, y el tempo de la comedia.

Estas Bacantes, estas perdedoras que buscan la redención en un placer prohibido y pequeñito en el que refugiarse de sus miserias y de la opresión cotidiana de sus maridos (vivos o difuntos) o de sus hijos rectísimos y de sus frustraciones, dan un recital de buen rollo, de carcajadas y de ternura, con el oficio de estas tipas geniales, dirigidas por otro tipo, José Troncoso, que conoce bien el registro y se pone a su servicio para acompañarlas en su búsqueda de la sonrisa en la mugre y en la derrota y en su defensa de la alegría a toda costa. Si no conocéis a Las niñas de Cádiz, no os las perdáis; si las conocíais, ya habréis comprado entradas con mucha antelación.