Los que hablan

Algo tan sencillo, tan habitual, tan aparentemente poco trascendente como es la conversación trivial entre dos personas, puede traernos todo un cúmulo de emociones y angustias si no podemos disfrutar de ello.

El comienzo de Los que hablan, provoca esa angustia, tanto en los protagonistas, como en los espectadores que asistimos atónitos a la incapacidad de dos personas para hablar entre ellos. A ratos los espectadores reímos, quizá nos angustiamos y nos sentimos tristes al ver el sufrimiento que provoca esa situación en los protagonistas. Seguramente la subida al escenario para ir a zarandearles y preguntarles: ¿pero que os pasa, porqué no habláis? le pasó por la cabeza de más de uno de los espectadores.

Y es que Los que hablan es una de esas piezas teatrales que nos hacen amar el TEATRO.

Cuando asistimos a una actuación como la de Luis Bermejo y Malena Alterio en esta obra, recordamos porqué los actores, y el teatro y la cultura, en general, nos hacen ser más felices y enriquecen nuestro mundo. La majestuosidad de la interpretación de estas dos “bestias” en el escenario consiguen sumergirnos en una propuesta compleja que, en realidad, no cuenta una historia, si no muchas, no tiene una lectura, si no tantas como las de las personas que lo presenciamos, porque Los que hablan, habla de todo y de nada, de lo concreto y lo abstracto, de lo sencillo y lo complejo partiendo de algo tan habitual como una conversación entre dos personas.

La angustia y soledad que nos produciría el no podernos comunicar se ve reflejada en el sufrimiento de estas dos personas y las alternativas que buscan para intentar solventarlo.

Somos seres sociales por naturaleza y necesitamos comunicarnos con otros, pero , ¿lo estamos haciendo?, ¿o lo que hacemos es otra cosa?. Quizá tendríamos que reflexionar sobre si, simplemente estamos encadenando palabras, hablamos de cosas que no tienen nada que ver con nosotros o de verdad nos comunicamos.

En una sociedad cada vez más intercomunicada y a la vez con individuos más aislados. En la que estamos en un camino en el que no podemos comunicarnos sin miedo a recibir el rechazo y la valoración, porque todo lo que digamos podrá ser “utilizado en nuestra contra” , la comunicación con el otro se ha convertido en un bien escaso y casi en un artículo de lujo del que algunos tenemos la suerte de poder disfrutar y queremos seguir haciéndolo para no caer en la situación en la que nos sumergen Malena y Luis en su magistral interpretación.

Los que hablan es una producción del Teatro del Barrio con un texto de Pablo del Rosal que tenemos la suerte de poder volver a ver , en la programación del Teatro del Barrio. Aunque es una producción de hace unos años, vuelve a "su casa" para deleite de las personas que todavía no han tenido oportunidad de verla, incluso para verla de nuevo

El devenir de la palabra en su máxima esencia. ¿Cómo utilizarla sin caer en el vacío? ¿Qué decir para romper el silencio? El reto de la obra de teatro, Los que hablan, estrenada en Teatro Abadía y ahora en el Teatro del Barrio, presenta a unos brillantes, compenetrados y relajados Malena Alterio y Luis Bermejo en una mesa con una jarra de agua y bajo una luz ténue. Enredados en el absurdo de cómo "resignificar la palabra", entran en una espiral de ridiculez, dónde solo quedan ellos dos haciendo reír a un público que compra su discurso roto y deshilachado. Una muestra en directo de cómo lo que decimos, o no, a veces no hace diferencia. En una sociedad basada en el hablar por hablar, en "probaturas" de la mano con honestos fracasos. Un experimento arriesgado, pero efectivo, de cómo el discurso plagado de ego se ha convertido en nuestra forma actual de comunicación, dejando de lado el riesgoso esfuerzo de creernos el significado de las palabras que narran la vida.