Lola Blasco
Lola Blasco corre mucho. Corre cuando habla, corre de un lado a otro, corre Lola corre. Comenzó a hacer teatro en la iglesia de su pueblo, cuando se confesaba. Corriendo también iba el día que perdió el papel de virgen y fue relegada a pastorcilla porque una virgen con rasguños no iba a quedar bien. Correr ha sido para Lola una forma de salvarse.
Cuando empezó a estudiar Dramaturgia, corría de la RESAD a las discotecas donde trabajaba bailando. Se recorrió, mientras estudiaba, todas las discotecas de Madrid. Ya lo decía un personaje en una de sus primeras obras: “nací del lado de los que corren”. Y es que nacer del lado de los que corren es para Lola tener conciencia de clase. De ahí que su teatro se haya centrado en hablar de los desposeídos, de los obligados al éxodo, los desesperanzados, en definitiva: las víctimas. Eso la llevó a correr, al finalizar su licenciatura, a los campos de refugiados saharauis en Argelia, pero también ha corrido por España hasta el Valle de los Caídos (solo por mencionar algunos lugares por los que corre y recorre).
Se doctoró también en Humanidades, así que, en su día a día, Lola corre de la Universidad al Teatro y de los dos sitios al colegio de su hija. Corre de la dramaturgia a la dirección, de la dirección a la interpretación, de la interpretación a la investigación. Ha corrido por teatros públicos como el Centro Dramático Nacional, el Teatro Español, el Teatro Fernán Gómez o el Teatro de la Abadía; precisamente en este teatro corrió hacia el género lírico, lo que la ha llevado este mismo año hasta el Teatro de la Zarzuela. Pero Lola también ha corrido por teatros alternativos como la Sala Cuarta Pared o el Teatro del Barrio.
Tanto corre Lola, que su teatro también corre, de ahí que sus textos hayan podido verse por Europa: en Francia (Comédie- Française, Festival de Aviñón, Moussón d’Eté), Alemania (Deutsches Theater), Polonia, (Teatr Przy Stole), o República Checa (Teatro Komedie). Pero también han cruzado hasta América, concretamente a Bolivia, donde Lola también ha realizado talleres de escritura. A decir verdad, no sólo en Bolivia. Corrió de Argentina a Bolivia y de Bolivia a Panamá, dentro del programa DramaTOURgia que impulsaron el Centro Dramático Nacional y Cooperación Española, y cuyo título resulta de lo más apropiado para describir a Lola. También ha corrido por diferentes Ferias del Libro, la de Guadalajara en Méjico, o la Feria del Libro de Turín, pero no se olvida de las de Madrid y Alicante, porque las lleva en el corazón. De momento, Lola sigue corriendo y confesándose allá por dónde va, así que espera correr por más lugares y recorrer a más personas.
De entre sus logros, destaca el de ser la dramaturga que más rápido ha obtenido (teniendo en cuenta su nacimiento) el Premio Nacional de Literatura Dramática. Para el futuro espera que venga otra que corra todavía más.
